viernes, 4 de noviembre de 2011

El Discurso Televisivo: Fragmentación

Como dije anteriormente, la presencia de la fragmentacion es una de las características de la estructura funcional

Veamos que es esto de la Fragmentación:


El autor hace referencia a que nada se opone a que existan discursos compuestos por gran número de elementos y que presupongan formas complejas y variadas de articulación enunciativa, siempre y cuando estos elementos estén sometidos a una fuerza integradora de orden superior constituida por la programación como estructura discursiva autónoma.

Esta fuerza se manifiesta en la fragmentación de la que son objeto los textos parciales, para someterlos a la exigencias de la funcionalidad, que les asigna su lugar en la estructura general de la programación.

Características de este proceso de fragmentación: 

  1.  Las emisiones televisivas son las primeras en poner en cuestión la autonomía de los programas que contienen. De hecho, estos son constantemente fragmentados, ya sea por la introducción en su interior de mensajes extraños, spots publicitarios, informaciones de última hora, advertencias sobre futuros programas, etc

  2. División de multitud de programas en capítulos y otros tipos de subunidades emitidos periódicamente (telefilms, telediarios, informativos, concursos…) y, por tanto, interrumpidos por programas totalmente diferentes. por ejemplo el segmento de Salven el Millón en el programa de Susana:



  3.  Existe cierto tipo de programas, como los informativos diarios y los magazines, cuyos límites –esos mismos límites que debieran definir su entidad autónoma– son netamente indeterminables y que, sin embargo, se hallan compuestos por subunidades internas –“noticias”, “entrevistas”, “números musicales”, etc. – dotadas de un autonomía mucho más fuerte.

  4. Algunas de estas subunidades, como las “noticias” y ciertos spots que constituyen unidades de campañas más amplias, configuran mensajes que, sin respetar las fronteras de la emisión diaria, se prolongan durante un tiempo variable de duración difícilmente determinable.

  5. Existe otro tipo de programas que, aun poseyendo límites temporales más precisos, carecen de toda autonomía temática, pues su único objeto es remitir –anunciar, presentar, publicitar– otros programas de la emisora.



  6. Otra forma de violencia habitual sobre la autonomía de los programas consiste en la referencia, desde el interior de uno de ellos, a otro u otros programas de la propia emisora. Esto sucede cuando por ejemplo Susana Gimenez dice que va a ver "Cuando me Sonreís", otro programa de Telefe.



  7. Un amplio grupo de segmentos de la emisión no pueden ser en ningún caso considerados como mensajes autónomos, porque se explicitan como fragmentos carentes de toda autonomía discursiva que reducen su función a la de garantizar la conexión entre los segmentos que les preceden y les siguen. Nos referimos a los llamados “segmentos de continuidad” –cartas de ajuste, cabeceras de programas, presentaciones de la programación diaria, temas musicales o visuales de continuidad, etc.


Esta fragmentación (que constituye a la programación) determina el “efecto polifónico” de la enunciación televisiva, generado no tanto por la existencia de programas de debate o entrevistas como, en un nivel estructural más profundo, por las múltiples y muy diversificadas estrategias enunciativas de los diferentes programas.

Entonces se puede decir que la fragmentación, es un rasgo predominante en los mensajes audiovisuales y que requiere la presencia de una unidad discursiva superior y autónoma (la programación) para dotar de orden y coherencia al conjunto de ésta.





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